Esta plaza, de forma rectangular, es un espacio abierto rodeado de edificios históricos, que datan del siglo XVIII y XIX.
En el centro de la plaza se encuentra una estatua de bronce del Príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, quien fuera esposo de la reina Victoria de Inglaterra. La estatua fue colocada en 1883, en homenaje al príncipe, quien había visitado la ciudad en varias ocasiones.
A lo largo de los años, la Plaza del Príncipe ha sido el escenario de numerosos eventos culturales y festivos, como conciertos al aire libre, espectáculos de danza, ferias y mercados de artesanía. Además, en los alrededores de la plaza hay numerosos bares y restaurantes donde se puede disfrutar de la gastronomía local y de la animada vida nocturna de la ciudad.
En resumen, la Plaza del Príncipe es un lugar imprescindible para todo aquel que visite Santa Cruz de Tenerife. Su belleza, historia y ubicación privilegiada hacen de ella un punto de encuentro para turistas y locales, y un símbolo de la identidad cultural de la ciudad.